26/2/15

El adulto y el juego del niño, Anna Tardos, 2014

Anna Tardos
Presentación
Desde hace décadas, la realidad y la teoría de Lóczy han sido una fuente inagotable de reflexión y de inspiración para mejorar el trabajo cotidiano de los maestros en cuanto a la manera de hacer, y por lo tanto también a la manera de ver y respetar al niño.

El librito que tienes en las manos es una joya de esta pedagogía, hace años tan poco conocida y ahora tan desvirtuada, que se ha construido día tras día en la pequeña mansión con un gran jardín de la calle Lóczy de Budapest, una casa donde se han aunado de manera excepcional la vida al lado de los niños con la investigación sistemática del Instituto Pikler, combinación todavía hoy única en el mundo de la educación de los más pequeños.

Hacer accesible a todo el mundo lo que es complejo es una característica de su estilo de trabajo, por eso la lectura de este librito resulta sencilla, fácil, pero lo que plantea es de una gran profundidad. Por lo tanto, hay que estar alerta, su lectura exige tiempo y reflexión.

Como sucede tantas veces con el juego de los niños, el delicado hilo de la narración se podría banalizar, pero, si se toma en serio, puede ayudar al lector a convertirse en un adulto más diestro en las relaciones que establece con el niño y su juego.

Índice
Introducción
Las condiciones de un juego absorbente y tranquilo
Tareas de la educadora mientras los niños juegan
1. Garantizar la seguridad, la calma y la tranquilidad
2. Tareas relativas a las diversas cualidades del espacio de juego
3. Tiempo de juego suficiente
4. Tareas relativas a los juguetes
¿Cómo podemos ayudar a los niños en el juego?
¿Tenemos que enseñar al niño a jugar?
Las principales modalidades de la ayuda en el juego
¿Cómo podemos ayudar a los niños que no juegan?
¿Debemos intervenir en el juego imaginativo de los niños?
En resumen


 Para saber más: http://www.octaedro.com/OCTart.asp?libro=10534&id=es&txt=El%20adulto%20y%20el%20juego%20del%20ni%F1o





Joan Girona "Los deberes generan desigualdades"

Información recogida de: 

http://www.eldiario.es/catalunya/Joan-Girona-deberes-fuente-desigualdades_0_358015182.html

 Joan Girona: "Los deberes son una fuente de desigualdades"

Joan Girona, tras una vida como maestro en barrios desfavorecidos, se muestra convencido de que "la escuela tiene pocos elementos para compensar" a los niños y jóvenes en situación de pobreza
"Es fundamental que el centro haga actividades que no discriminen por motivos económicos, sino que incluyan todos"
Joan Maria Girona.
 Joan Maria Girona. (foto: Enric Català)

Joan Maria Girona se forjó como maestro en La Mina, justo cuando el barrio se empezaba a levantar, a mediados de los 70, como solución al chabolismo de toda Barcelona. Desde entonces, este profesor y psicopedagogo ha completado toda una trayectoria dedicada a la docencia en entornos conflictivos y depauperados de la capital catalana y sus alrededores. Fue director del instituto Badalona 9 –ya desaparecido–, del que fue expulsado por parte de la Administración por liderar una campaña contra su guetización. Ahora, jubilado, sigue asesorando institutos como el Francisco de Goya, del barrio del Guinardó, y tutorizando a jóvenes.
Conocedor de primera mano de los estragos que han causado la pobreza y las desigualdades en las aulas durante décadas, Girona analiza la situación actual con preocupación. "A diferencia de aquella época, se ha perdido la ilusión y la confianza en la escuela como ascensor social", se lamenta. Girona, que también es miembro del consejo de formación de la Asociación de Maestros Rosa Sensat, profundiza en esta entrevista en cómo el entorno familiar y social de los niños determina su paso por la escuela.
 
La pobreza afecta a la educación de los niños y jóvenes que la padecen. ¿Hay alguna duda de esto?
Ninguna. Porque la escuela tiene pocos elementos para compensar su situación. Puede ayudarles, e intentar que durante las horas lectivas estos chicos se sientan en un plano de igualdad, pero la escuela se acaba y sólo ocupa la mitad de los días del año. Y ya no es sólo que los alumnos puedan pasar hambre o no tengan dinero por el material escolar, que es gravísimo, es que se le añaden otras consecuencias, como la pobreza afectiva o emocional: los adolescentes cuyos padres no les pueden querer suficiente porque están desbordados de problemas llegan a la escuela con la autoestima por los suelos. Este desánimo les hace rendir menos, aunque tengan más capacidades que otros.

15/2/15

Siempre Quino